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Anímate a cocinar con tus hijos

¿Sabías que no saber cocinar es uno de los principales motivos para llevar un tipo de alimentación poco adecuado? Nos hace pensar que los platos saludables son difíciles de preparar, se necesita mucho tiempo o, incluso, que son aburridos. 


Cuando tenemos hijos, una de nuestras mayores preocupaciones es que estén sanos y bien alimentados. Mientras son pequeños y dependen de nosotros podemos asegurarnos de esto, sin embargo, cuando crecen son ellos los que deben tomar sus decisiones. Pero ¿y si les preparamos para que cuando llegue este momento tengan las herramientas adecuadas para elegir de forma saludable? 


Una forma sencilla y divertida es convertirlos en nuestros «minipinches». Aunque en un principio pueda darnos miedo ver a nuestros hijos en la cocina, donde hay fuegos, cuchillos y otros objetos más o menos peligrosos, teniendo en cuenta algunas sencillas reglas no habrá problemas. Estas serían las más básicas:
No empezar a cocinar si no hay un adulto en la cocina.
Cuando vaya a abrirse el horno, colocarse siempre en el mismo lugar, que habremos pautado previamente y que estará suficientemente alejado para que no puedan quemarse pero no tanto como para que no puedan ver lo que hemos cocinado.
No tocar los cuchillos hasta una determinada edad, que decidiremos nosotros en función de las capacidades de nuestros hijos.
Los fogones también se miran desde un lugar seguro mientras nosotros los usamos. Tendremos siempre la precaución de colocar los mangos hacia adentro para evitar que puedan volcarse las ollas o sartenes.
Los electrodomésticos (batidoras, picadoras, etc.) solo pueden usarse bajo la supervisión de un adulto.
Todas las que tú creas necesarias para la seguridad de tus hijos.


No importa que tus hijos sean muy pequeños todavía, hay tareas apropiadas para ellos también. Podemos dejarles, por ejemplo, aliñar las ensaladas. Si ponemos todos los ingredientes de nuestra vinagreta en un frasco bien cerrado estarán encantados de agitarlo hasta mezclar bien, así como de verterla después por encima de la ensalada. También pueden encargarse del puré si contamos con un pasapurés manual, o bien una prensa para patatas. Otra tarea apropiada para ellos sería untar unas tostadas con  paté, queso, mermelada…


  Según crecen podemos confiarles trabajos más complicados: cortar frutas y verduras, mezclar la masa de un pastel o unas galletas, dar forma a esas galletas… 
Leer la receta que estamos siguiendo o medir y pesar los ingredientes son labores de las que pueden encargarse los más mayores.


Y en definitiva lo que se nos ocurra que sirva para que se interesen en la cocina. Probar el plato que están preparando en sus distintas fases para descubrir cómo cambia el sabor según se añaden ingredientes o se va cocinando. Elegir ellos mismos la receta que más les guste del libro que tenemos en casa y comprobar el resultado final. Inventar sus propios platos… Todo ayudará a conseguir que sean más conscientes de lo que comen y de la importancia de su preparación. 


Por último, una pequeña reflexión: si enseñamos a nuestros hijos a cocinar y comer  de forma saludable desde pequeños y lo convertimos en un hábito, es mucho más probable que continúen haciéndolo de mayores.


Fuente: Pura Salinas. TSD en practicas con Eva Quintanar.

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