A quién no le llama la atención el fabuloso color de una granada abierta?
La granada es la fruta carnosa del granado (Punica granatum), un pequeño árbol de apenas 5m de altura que se aclimata muy bien a zonas semiáridas del Mediterráneo.
La visión de un granado en flor es tan hermosa que, según se cree, pudo llegar a formar parte de los jardines colgantes de Babilonia, una de las siete maravillas del mundo antiguo.
La granada, además de ser un ingrediente habitual de la dieta mediterránea, posee multitud de propiedades beneficiosas para la salud gracias a su abundante cantidad de fitoquímicos como flavonoides, antocianinas y taninos.
Entre sus propiedades nutricionales, podemos destacar su alto contenido en vitamina C y vitaminas B2 y B9. Además, contiene minerales como potasio, hierro, zinc, cobre, selenio, magnesio y calcio.
Es muy rica en antioxidantes, una de sus cualidades más conocidas, presenta una gran cantidad de fibra. No obstante, cabe decir que debido a su elevada concentración en taninos (sobre todo en la parte amarilla) puede frenar la diarrea, lo que en algunos casos resultaría contraproducente en casos de estreñimiento.
Con todo, la granada ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre, por los polifenoles que contiene. Gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, puede resultar de utilidad en la prevención y tratamiento de enfermedades que cursen con procesos inflamatorios. Asimismo, ayuda a bajar la tensión arterial, así como a limpiar los riñones. También protege la piel y favorece la regeneración de la dermis. Por último, cabe decir que algunos estudios científicos han encontrado evidencias que indican que las semillas de la granada podrían tener propiedades afrodisíacas.
Por todo ello, es un alimento ideal para incluir en nuestra dieta, y que puede formar parte de ella de muy diversas formas.
Sus rojos y brillantes granos son excelentes para decorar ensaladas o un rico pastel de verduras. También se pueden utilizar para coronar algunos dulces.
También son ideales para colorear un saludable desayuno a base de muesli, al que podemos incluir otros alimentos como dátiles o almendras.
En muchos países árabes es común emplear el zumo de la granada en la preparación de salsas o utilizar sus granos como relleno de diversos guisos.
Un ejemplo es la salsa libanesa muhammara, con zumo de granada, pimiento rojo, nueces, ajo, aceite de oliva y pimentón, a la que se le pueden dar múltiples usos, o simplemente disfrutarla acompañada de unos bastones de apio o zanahoria.
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