Cuidar tu piel desde dentro: el secreto de una belleza que perdura

¿Sientes que tu piel ya no responde igual a las cremas de siempre? Con los años, la piel cambia, pero también cambian sus necesidades. Cuidarla desde dentro —con alimentos, descanso, calma y atención consciente— puede ser transformador. En este artículo te acompaño a descubrir cómo mimar tu piel de forma holística y natural.

  1. Aliméntate para iluminar tu piel

Los nutrientes que eliges influyen más de lo que imaginas. Algunas claves:

  • Vitaminas A, C, D y E: esenciales para la regeneración celular y la producción de colágeno.
  • Minerales como el zinc, el cobre y el silicio: fortalecen la barrera cutánea y previenen el envejecimiento prematuro.
  • Omega-3 (pescado azul, semillas, aguacate): hidrata desde dentro y calma la inflamación.
  • Antioxidantes como la astaxantina o la coenzima Q10: tus aliados contra los radicales libres.
  1. Intestino en equilibrio, piel en armonía

La salud intestinal influye directamente en la piel. ¿Sabías que un intestino desequilibrado puede traducirse en acné, eczema o enrojecimiento?

  • Incluye probióticos y prebióticos (kéfir, plátano, alcachofas)
  • Favorece la desintoxicación con una dieta rica en fibra y baja en ultraprocesados.
  1. Hidratación real

Beber agua (1,5-2L al día) es imprescindible. Además:

  • Omega-3, ácido hialurónico y vitamina B5 ayudan a retener la humedad natural de la piel.
  1. Dormir para regenerar

El descanso es un potente tratamiento de belleza:

  • Generas más colágeno
  • Se renuevan las células
  • Mejora la oxigenación de la piel. Apunta dormir entre 7 y 8 horas, con horarios regulares.
  1. Estrés: la piel también lo siente

El estrés crónico eleva el cortisol, una hormona que favorece la inflamación y el envejecimiento cutáneo. Practica técnicas que te conecten contigo: respiración, meditación, paseos, arte…

  1. Luz solar, pero con sabiduría

El sol ayuda a sintetizar vitamina D, pero hay que tomarlo con moderación:

  • Evita las horas centrales
  • Usa sombrero y ropa ligera
  • Limita los protectores con nanopartículas, no los necesitas constantemente
  1. Evita sabotear tu piel
  • Tabaco, alcohol y exceso de azúcar dañan el colágeno, deshidratan y generan inflamación. Reducirlos es una forma de autocuidado profundo.
  1. Regálate ingredientes naturales

Cuida tu piel con lo que nos da la naturaleza:

  • Aloe vera, avena, miel, aceite de jojoba, manzanilla
  • Son suaves, eficaces y perfectos para todo tipo de pieles.

Cuidarte desde dentro no es solo una elección estética, es un acto de amor propio. Tu piel es un reflejo de tu bienestar: escúchala, hónrala, acompáñala.

¿Con cuál de estos hábitos te gustaría empezar esta semana? Cuéntamelo en los comentarios (@lesherbetes) o compártelo con una amiga que también quiera mimarse desde dentro.

Si tienes dudas en Les Herbetes estamos para asesorarte tanto en el Herbolario como en la consulta de nutrición, de manera personalizada. Te esperamos.

Alimentación Bio. Un concepto Holistico.

María Dolores Raigón (a la que admiro notablemente por su trabajo),doctora en Ingeniería agrónoma por la universidad Politécnica de Valencia y con otros cuantos títulos más, lleva años estudiando los alimentos ecológicos y acaba de publicar un libro, creo que bastante esclarecedor sobre el tema y que todo consumidor debería leer para ser más critico a la hora de hacer sus compras.

Se trata de una obra que remarca los grandes retos del sistema alimentario actual, del que probablemente el más serio sea la sostenibilidad del modelo, dentro de la crisis ecológica global, y por ello recopila información científica de las bondades de la agricultura, ganadería y la alimentación ecológica sobre la composición nutricional de los alimentos ecológicos. Nutrición ecológica es un concepto holístico que considera todos los eslabones del sistema alimentario. Incluyendo, en la nutrición, asuntos como calidad de los alimentos, balance ecológico y valoración del ciclo de vida, la influencia de los sistemas de alimentarios en el clima, la nutrición mundial, los precios de los alimentos… Pero también la comparación de las diferentes dietas y políticas en la agricultura, el medio ambiente y la influencia sobre el consumidor.

Anímate a cocinar con tus hijos

¿Sabías que no saber cocinar es uno de los principales motivos para llevar un tipo de alimentación poco adecuado? Nos hace pensar que los platos saludables son difíciles de preparar, se necesita mucho tiempo o, incluso, que son aburridos. 


Cuando tenemos hijos, una de nuestras mayores preocupaciones es que estén sanos y bien alimentados. Mientras son pequeños y dependen de nosotros podemos asegurarnos de esto, sin embargo, cuando crecen son ellos los que deben tomar sus decisiones. Pero ¿y si les preparamos para que cuando llegue este momento tengan las herramientas adecuadas para elegir de forma saludable? 


Una forma sencilla y divertida es convertirlos en nuestros «minipinches». Aunque en un principio pueda darnos miedo ver a nuestros hijos en la cocina, donde hay fuegos, cuchillos y otros objetos más o menos peligrosos, teniendo en cuenta algunas sencillas reglas no habrá problemas. Estas serían las más básicas:
No empezar a cocinar si no hay un adulto en la cocina.
Cuando vaya a abrirse el horno, colocarse siempre en el mismo lugar, que habremos pautado previamente y que estará suficientemente alejado para que no puedan quemarse pero no tanto como para que no puedan ver lo que hemos cocinado.
No tocar los cuchillos hasta una determinada edad, que decidiremos nosotros en función de las capacidades de nuestros hijos.
Los fogones también se miran desde un lugar seguro mientras nosotros los usamos. Tendremos siempre la precaución de colocar los mangos hacia adentro para evitar que puedan volcarse las ollas o sartenes.
Los electrodomésticos (batidoras, picadoras, etc.) solo pueden usarse bajo la supervisión de un adulto.
Todas las que tú creas necesarias para la seguridad de tus hijos.


No importa que tus hijos sean muy pequeños todavía, hay tareas apropiadas para ellos también. Podemos dejarles, por ejemplo, aliñar las ensaladas. Si ponemos todos los ingredientes de nuestra vinagreta en un frasco bien cerrado estarán encantados de agitarlo hasta mezclar bien, así como de verterla después por encima de la ensalada. También pueden encargarse del puré si contamos con un pasapurés manual, o bien una prensa para patatas. Otra tarea apropiada para ellos sería untar unas tostadas con  paté, queso, mermelada…


  Según crecen podemos confiarles trabajos más complicados: cortar frutas y verduras, mezclar la masa de un pastel o unas galletas, dar forma a esas galletas… 
Leer la receta que estamos siguiendo o medir y pesar los ingredientes son labores de las que pueden encargarse los más mayores.


Y en definitiva lo que se nos ocurra que sirva para que se interesen en la cocina. Probar el plato que están preparando en sus distintas fases para descubrir cómo cambia el sabor según se añaden ingredientes o se va cocinando. Elegir ellos mismos la receta que más les guste del libro que tenemos en casa y comprobar el resultado final. Inventar sus propios platos… Todo ayudará a conseguir que sean más conscientes de lo que comen y de la importancia de su preparación. 


Por último, una pequeña reflexión: si enseñamos a nuestros hijos a cocinar y comer  de forma saludable desde pequeños y lo convertimos en un hábito, es mucho más probable que continúen haciéndolo de mayores.


Fuente: Pura Salinas. TSD en practicas con Eva Quintanar.

¿POR QUÉ NOS ALTERA LA PRIMAVERA?







































































Porque
la primavera es cambio, renovación, renacimiento…es un tiempo de plenitud de
energía e inspiración para hacer todo lo que nos proponemos, pero también es
tiempo de transición y decaimiento,
 
aparecen las molestas alergias, los diferentes trastornos digestivos
provocados por el hígado o la vesícula biliar así como descompensaciones en los
niveles de colesterol.
 


Según
la MTC (medicina tradicional china), cada estación se relaciona diferentes
elementos. 

En primavera, el órgano estrella es el hígado (junto con la vesícula
biliar), el tejido asociado son los músculos, el sabor predominante el ácido/agrio
(que estimula la formación y secreción de bilis y facilita la digestión), el
elemento que rige la madera y el color el verde. Por eso en este tiempo la
naturaleza nos regala los alimentos más favorables para este tiempo:

ü * Verduras
y plantas verdes
,
que son limpiadoras y equilibradoras, depurativas y antioxidantes (germinados,
judías verdes, brécol, alcachofa, puerro, apio, cardo, aguacate y perejil).
     *  Hortalizas que nacen en sentido
ascendente: espárragos y apio.
ü   *  Frutas ácidas y blancas como el
kiwi, la lima, la uva verde o la manzana verde.
ü   *  Cereales: la avena, el trigo, el
centeno y sobretodo la cebada.
ü   *  Legumbres:
los
guisantes, soja verde y soja blanca.

Una
vez más, podemos encontrar remedio o prevención en nuestra alimentación.



Aquí
te proponemos una
¡receta depurativa de
primavera!

ENSALADA DE CEBADA CON
GUISANTES Y AGUACATE

Para cocer la
cebada
: 1 taza de cebada, 2 tazas de agua, una pizca de sal
marina. Cocer la cebada previamente lavada con 1 vaso de cereal por 2 de agua.
Dejar hervir 5 min, bajar el fuego y cocer a fuego bajo con tapa 35 min,
hasta que todo
el agua se haya evaporado
. Pasar
inmediatamente por el agua fría.
Para la ensalada:
1 taza de  guisantes cocidos, 1/2 taza de
cebolleta (mientras la cebada se cuece marinamos la cebolleta en salsa de soja,
bien picada), aceitunas negras
, ½ pimiento rojo,
escalivado y pelado cortado a cubos pequeños
, 1 c.s  de salsa de soja, 1 zanahoria grande
cortada a dados.
Para el aliño
de crema de aguacate:
1 aguacate, 2 c.s. de  zumo de limón, 1 c.s. de AOVE, 1 pizca de
pimienta negra. Batir bien hasta adquirir una salsa no muy espesa. Mezclamos la
crema de aguacate con la ensalada de cebada justo antes de servir.






 
 

QUÉ PUEDE HACER EL YOGA POR TU DIETA

¿Estás a dieta y te han
recomendado hacer ejercicio para hacer peso?
Pues el yoga puede ser tu mejor
aliado. Seguramente pensabas en un tipo de ejercicio intenso, aeróbico, el que
hace sudar…. Ni de lejos pensamos en el yoga como ayuda para perder peso porque
lo imaginamos como una disciplina meditativa, con calma, respiraciones
profundas y para la que se necesita un cuerpo elástico y ligero. Pues te va a
sorprender todo lo que el yoga puede aportar para ganar salud y perder peso.
La
intensidad y el dinamismo
:
hay muchas variantes en las
que el yoga se convierte en un ejercicio intenso y dinámico, en el que se
tonifica la musculatura y se convierte en un poderoso entrenamiento
cardiovascular. Repetir vinyasas (posturas
enlazadas a través del movimiento y la respiración) como el saludo al sol de forma
dinámica, durante 10 minutos, te hará sudar…te lo aseguro.
Las
torsiones
: cuando se inicia una dieta y se
empiezan a movilizar la grasa, el hígado tiene que aumentar su función
depurativa. Es un órgano interno sobre el que podemos actuar con las
asanas (posturas) donde torsionamos el
tronco, como si fuera una esponja que aplastamos después de llenarla de agua
para poder usarla limpia de nuevo.
La
respiración hipopresiva
:
de la misma forma que el
hígado necesita ayuda, el resto de órganos internos se beneficia de la presión
alterna para movilizar líquidos, estimular el movimiento intestinal y tonificar
el abdomen a través del masaje interno que produce el diafragma.
Trabajo
del “core”:
para reducir volumen de cintura, no
es sano ni necesario, hacer abdominales poniendo en peligro nuestra columna.
Trabajando de forma estática “
la plancha”,
conseguimos poner en marcha el control y trabajo de los abdominales.
Trabajo
miofascial
:
el yoga “estira” la musculatura,
pero más en profundidad, moviliza todos los componentes que la integran, el
sistema fascial, dando un beneficio mecánico al movimiento y a la composición
del tejido. 
La
circulación venosa
:
las posturas invertidas
facilitan el retorno venoso y descargan de presión los ganglios linfáticos
abdominopélvicos, mejorando la circulación.
El
sistema nervioso
:
a través del movimiento del
cuerpo, conseguimos también la relajación y sedación de la mente cuando estás
presente en poner conciencia al movimiento.
Y lo más importante: solo
necesitas 15 minutos diarios, una esterilla en el suelo y  tu cuerpo, sea como sea.
No es hacer dieta, es
aprender a nutrir tu cuerpo. 
No es hacer ejercicio, es cuidar tu cuerpo.


Fuente: Pilar Echevarria. Fisioterapeuta. Técnico Superior en Dietetica en prácticas. Practicante de Yoga.

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